Es tan lindo saber que usted existe
Luis Navarro Arteaga
Mario Benedetti no es de esos escritores
inalcanzables que viven en el Parnaso con sus musas y jamás bajan a la tierra a
mezclarse con los mortales. No. El uruguayo fue uno de estos artistas que le
gente conoce y reconoce como suyos, como Neruda, como Sabines, esos bardos de
los que se aprende de la vida, de los que se memorizan los poemas y se recitan
en la intimidad o en la reunión con los amigos.
Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti
Farrugia, mejor conocido como Mario Benedetti. Nació el 14 de septiembre en
1920, en Paso de los Toros, Uruguay. Publicó poemas, novelas y cuentos, obras
de teatro y es considerado una de las mayores figuras de la literatura de su
país de la segunda mitad del siglo XX, el otro gigante con el que comparte el
sitio privilegiado de las letras uruguayas es Juan Carlos Onetti.
En los años ochenta, comerciantes ambulantes de
Poza Rica, instalados en la avenida Heriberto Kehoe ofertaban pergaminos y carteles,
que los adolescentes de la época regalaban a sus novias. Varios de estos
afiches tenían impresos corazones, pétalos de rosa y por supuesto poemas de
Mario Bendetti, “Es tan lindo /saber que usted existe/ uno se siente vivo”
Su arte era de uso cotidiano, sus versos se los
apropia la gente como el poema 20 de Neruda o Los amorosos, de Jaime Sabines.
Su voz está en el barrio y en las canciones
“si te quiero es porque sos/mi amor, mi cómplice, y todo/Y en la calle
codo a codo/
somos mucho más que dos” y todos algunas vez hemos escuchado sus palabras “usted sabe puede contar /conmigo /no hasta dos /o hasta diez /sino contar /conmigo”.
somos mucho más que dos” y todos algunas vez hemos escuchado sus palabras “usted sabe puede contar /conmigo /no hasta dos /o hasta diez /sino contar /conmigo”.
Sus historias también están en el cine, las
novelas La tregua y Gracias por el fuego,
tuvieron películas con irregulares
resultados, pero esto nos habla de cómo su trabajo alcanzó a cubrir una gran
gama de expresiones artísticas.
A Bendetti tal vez lo recordamos como un poeta
amoroso y esperanzado, “mi estrategia es/que un día cualquiera /no sé cómo ni
sé/con qué pretexto/ por fin me necesites. Pero fue también la voz de las
víctimas de los regímenes totalitarios latinoamericanos como en la pieza
dramática Pedro y el Capitán o el vocero de la soledad y la desesperanza en la
novela La Tregua.
Antes de ser el portentoso escritor que conocemos,
trabajó como vendedor, taquígrafo, contable y funcionario público. Se dice que
su producción se puedes dividir claramente en dos periodos el primero en el que
desarrollo una literatura más apegada a la realidad y de corte un tanto
conservador si mucha experimentación formal, mientras que en la segunda parte
de su vida creativa Benedetti se preocupó por lo que sucedía en América Latina,
los golpes de estado que dieron origen a las dictaduras militares
Vivió en Cuba, Perú y España, fue un ser
trashumante que donde estuvo dejó honda huella, grandes amistades y un recuerdo
perenne, es más, nosotros que solo lo conocimos a través de su obra no podemos
decir que haya muerto porque esos seres que nos tocan el corazón no se van jamás
de esta vida, es un lugar común, pero es cierto, son eternos.
Aquellos que estuvieron cerca del escritor afirman
que era muy discreto, “discretísimo (la última biografía de Mario Benedetti, la
de Hortensia Campanela, se titula Un mito discretísimo), se enfadaba en los
debates pero mantenía la caballerosidad (tenía a gala haber discutido de
política en este periódico con Vargas Llosa y mantener la amistad con su
tocayo); y era firme en sus convicciones pasadas como si aún estuvieran en
Sierra Maestra, por ejemplo, los que hicieron la Revolución Cubana” recuerda
Juan Cruz en una excelente semblanza publicada el pasado en El País.
En 2001, el autor recibió el Premio Iberoamericano
José Martí en reconocimiento a toda su obra, y un año más tarde fue nombrado
"Ciudadano Ilustre" por la alcaldía de Montevideo. Las últimas obras
de Benedetti fueron: "Testigo de uno mismo" y "El viaje de
salida", ambos en 2008.
Se van a cumplir los 100 años de su nacimiento y
sigue tan joven, tan vital, tan vivo que Mario Bendetti sigue a nuestro lado,
cruzando la calle con nosotros y todos sabemos que podemos contar con su arte,
es tan lindo saber que existe... sus palabras nos hacen sentir vivos.
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